Quiero ser una valiente.

 

Quiero ser capaz de vencer los miedos que tengo a diario, de anular a mi voz interior que me dice que no haga algunas cosas porque no están bien, no son apropiadas o molestarían.

Quiero ser valiente para decirle a alguien: no quiero estar contigo, no me aportas nada bueno.

Quiero anular mi conciencia y aprender a decir que no cuando realmente quiero decir que no y saber decir que sí cuando digo que no y realmente en mi interior es un SÍ, con mayúsculas.

Quiero ser una valiente.

Y decirle a ese chulazo lo bueno que está y atreverme a plantarle un beso en los morros si se me antoja y él se deja, claro. Y estar templada si no se deja, porque no le tema al ridículo.

Querría ser lanzada para escalar, para tirarme en paracaídas, para bajar escalones en patines, para subirme en unos grandes tacones, para viajar sola, para ir sin más uno a las bodas.

Quiero ser una valiente.

Y perder la cobardía cuando tengo que decirle a los míos que les quiero y demostrárselo un poco más.

Quiero poder mostrar mis sentimientos y saber controlarlos cuando no es necesario que se me escape una lágrima.

Quiero ser una valiente.

Y hacer lo que realmente quiero hacer, y no dejar que me hagan sentir pequeñita y me ninguneen.

Y estar templada para hablar con quién está por encima de mí y decirle lo que pienso de tú a tú.

Y estar serena para cambiar esas parcelas de mi vida que tienen mejora.

Quiero ser una valiente y no conformarme, y perder el miedo a perder.