Tanto por andar #nosotrasquesomostannormales

Hay días que me canso. Sí, en serio, me agoto de tener que justificar quién soy, qué hago o porqué desempeño este puesto si soy muy joven o, peor aún, si soy mujer.
Me cuesta tener que demostrar que hago determinadas cosas porque sí o que he conseguido tal cosa en la vida por mis méritos y no por lo buena que sea en otros aspectos.
Hace unos meses, tras una ardua discusión con un cliente y al quedarse sin argumentos, gritó desde la puerta: – ¡Con quién te habrás acostado para estar donde estás! La verdad es que lo que me hubiera salido del alma hubiera sido gritarle también un “con su padre, señora” pero dado que la empresa no es mía y que hubiera sido peor contestar, acompañé a la señora a la puerta y le dije que se marchara, que ya estaba bien. Lo que más me indigna, además del ridículo, fue que quien me lo dijera fuese una mujer.
Molesta que a estas alturas sigamos marcando esas diferencias entre hombres y mujeres. Lo peor es que muchas veces somos nosotras las que nos marcamos esas diferencias.
Pero este comentario de hoy viene por las recientes declaraciones que ha hecho Toni Nadal sobre el nombramiento de Gala León como capitana de la Copa Davis.
“En los equipos de Copa Davis te pasas mucho tiempo en el vestuario con poca ropa… Bueno, no sé, una mujer no deja de ser extraño que esté por allí dentro dirigiendo la competición”.
No hubiera pasado nada si en lugar de argumentar su descontento así, hubiera dicho que hubiera preferido alguien que conociera mejor el circuito o los jugadores, que hubiera tenido más experiencia o cuya carrera profesional hubiera sido más destacable. Me pregunto si su reacción hubiera sido la misma si el cargo se lo hubieran dado a Arantxa Sánchez Vicario, que sí cumple lo que él reclama, en teoría.
Lo de que es extraño que una mujer esté en el vestuario es lo que chirría. No creo que los jugadores vayan “despelotados” todo el tiempo y si este fuera el caso, no creo que se fuera a alarmar de verles algo, seguro que ha visto algún hombre desnudo en su vida. En USA, en los partidos de baloncesto entran al vestuario hasta los reporteros de televisión mientras se cambian los jugadores y el mundo sigue girando.
El problema es que esto no es un caso aislado, hace unas semanas, el alcalde de Valladolid se cubría de gloria con unas desafortunadas declaraciones cuando afirmaba que le daba “reparo” subirse a un ascensor con una mujer por si le “busca las vueltas”. Tal fue el revuelo que se armó, que el periodista del NY Times Rapahel Minder – corresponsal en España y Portugal- escribió un artículo llamado: “Las palabras de un alcalde, inflaman el debate sobre las actitudes de los españoles hacia las mujeres”.
Como decía, hay días que me canso de estas tonterías, me agota tener que justificarme por todo, tener que defenderme de trogloditas que, casi a diario, menosprecian el trabajo que desempeñamos por nuestro género y me cabrea que a estas alturas, tengamos que seguir dando gracias de estar donde estamos.
Hemos avanzado bastante, pero nos queda taaaaanto por andar…

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No estoy gorda, lo que pasa es que soy mucha mujer #nosotrasquesomostannormales

Estoy muy preocupada con lo que nos está pasando.

El otro día leía en prensa y vi en televisión que la presentadora Tania Llasera, conocida entre otros programas por La Voz, ha recibido infinidad de críticas por las redes sociales porque ha engordado unos kilos. Según ha comentado la presentadora, el motivo por el que ha engordado es porque ha dejado de fumar.
Tania fumaba desde hacía 20 años una media de un paquete de tabaco al día. Hace 9 meses decidió dejarlo y la ansiedad ha hecho que engorde. Por desgracia, las críticas no se han hecho esperar.
Ella misma ha respondido en twitter a un usuario que le preguntaba si se había comido un rinoceronte: “No, he dejado el tabaco, ya bajaré de peso. Lo mío tiene solución.” . Tras comprobar el revuelo que estaba generando su aspecto, publicó un nuevo tuit en el que decía: “Me siento bien, me siento guapa y sexy incluso. ¿Qué más da la talla? La belleza no es una talla. Soy como soy y me quiero”.
“Para mí la salud es sexy. La lozanía y el sentido del humor es para mí donde reside el auténtico atractivo”.
Realmente debemos estar haciendo algo mal, porque no me puedo creer que esto se haya convertido en noticia y que haya generado tanto revuelo. Por suerte, Tania es una persona con carácter, que se ha tomado muy bien este tema y que es capaz de enfrentarse a todas las críticas con cabeza, pero ¿qué pasa con la gente que no es así? ¿qué sucede si esto le pasa a una niña o un niño con 10 años?
Nos pasamos horas y horas hablando en los medios de la anorexia, de la bulimia, de lo importante que es sentirse bien con uno mismo, y cuando viene alguien a darnos una lección, la vapuleamos sin piedad.
Pues mirad, ya está bien. Ya está bien de tener que disculparse porque no entras en una talla 38, de estar esclavizada por un canon de belleza, por unas modas o por tonterías que se nos ocurren en el momento de turno. Lo importante es que estés feliz seas como seas.
Si tu salud es buena, te encuentras bien, eres feliz, ¿qué más da que tengas unos kilos de más o de menos? ¿qué más da si eres rubia o morena, si eres alta o baja, si tienes pecho o no?
Lo importante es que te quieras. Obviamente todos tenemos complejos, todos tenemos partes de nuestro cuerpo que cambiaríamos y cosas que podemos mejorar o disimular con diferentes técnicas.
Si algo no te gusta de ti y quieres cambiarlo, fenomenal, está bien que hagas dietas, que vayas al gimnasio, que te tintes el pelo, que te broncees, pero siempre para gustarte a ti misma, no para gustar a los demás. Y como digo, si estás sana y eres feliz, ¿qué más da serlo con algunos kilos extras?

Como bien respondió ella a ese “fan” en twitter, lo suyo por lo menos tiene arreglo.
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La temida despedida. #nosotrasquesomostannormales

Debería haber escrito algo relativo a las vacaciones, a la vuelta al trabajo, al bofetón de realidad que nos llevamos muchos el lunes, pero hay un tema que me supera sobremanera últimamente y este no es otro que: LAS DESPEDIDAS DE SOLTERAS.

A ver, que alguien me explique, ¿qué le pasa al mundo cuando llega este momento? ¿Nos volvemos todas locas? ¿queremos dar guerra porque sí? Distingamos entre varios grupos de mujeres.
LA NOVIA: hay muchos tipos de novias y muchos tipos de amigas de la novia. La novia deja el legado de la despedida a las amigas, generalmente a dos que son las que, en teoría, mejor la conocen. Hay novias que dan instrucciones sobre las cosas que NO QUIEREN, pero, aunque su opinión se escucha, no suele importar mucho cuando se organiza el evento.
LAS AMIGAS DE LA NOVIA: hablo de las cercanas, que muchas veces montan las despedidas que a ellas les gustaría tener y no las que la novia querría disfrutar. Me explico, si la novia ha dicho que no quiere streaper y ellas no lo han vivido, al final algo acaba cayendo.
LAS CONOCIDAS DE LA NOVIA: que vienen a la despedida y que están encantadas de poner mil pegas a lo que se proponga. No moverán un dedo y se quejarán por todo, además de que se sentirán intimidadas por lo que ahí pueda suceder y el tipo de gente que irá. Al final pagarán, irán a regañadientes y serán las que metan la mano más profunda en el paquete.
LAS FAMILIARES DE LA NOVIA: véase hermanas, tías, suegra, madre, etc. Estas son un capítulo aparte, porque parece que no han salido en su vida y que esta es la ocasión que tienen para desfogarse. Permitirán que las amigas le hagan perrerías a la novia y se comportarán como si tuvieran 14 años. Después se pasarán hablando del evento durante años.

Uniendo a todo este grupo selecto de gente suceden varias cosas. La más sencilla es que nunca nadie se pone de acuerdo y además se pide opinión para todo (gran error). Hay quien quiere de día, quien quiere un fin de semana, las que prefieren marcha loca toda la noche, quiénes quieren pasar un día tranquilo, aquéllas que con una cena se conforman, quiénes no quieren disfrazarse, etc.
Generalmente no se escucha lo que la novia quiere y a nadie le importa. Que la novia quiere un día tranquilo en la playita bebiendo mojitos??? Pues nada, montamos un fiestón por todo lo alto en la discoteca de moda hasta las cinco de la mañana, contratamos un autobús para que nos lleve y nos traiga y tan felices.

A mí, que me encantan las fiestas en general y organizarlas en particular me sigue pareciendo algo increíble y me llevan los demonios cada vez que tengo que formar parte de una. Será deformación profesional o que soy tontuna, pero siempre veo cosas que se pueden hacer de otra manera, que podrían salir más baratas pensando un poquito o que harían mucho más felices a las participantes.
Hay unas normas básicas que no se pueden olvidar:
Es una despedida para esa novia y ella debe ser quien diga cómo quiere vivir ese momento.
Está bien adaptarse al tipo de gente que va a ir a la despedida y en los gustos de todos, especialmente cuando tienes que coordinar horarios familiares o transportes.
No se puede pedir opinión por todo, una vez que se fije una fecha por la mayoría, el resto de cosas las deben decidir quienes la organizan. Hora, sitio, tipo de comida, dress code, precio, regalos, etc. Obviamente no todo el mundo va a poder ir, así que fija fecha con las personas que mayor grado de afinidad o parentesco tienen con la novia y el resto, lamentablemente, tendrá que adaptarse.
Si le das una vuelta a lo que se te ocurra, seguro que te salen ideas geniales y muy baratas. No es necesario gastarse 300 euros en la despedida, a veces con 30 salen fiestas increíbles.
No es lo mismo hacer una despedida cuando tienes 25 años que cuando tienes 35 o incluso 50, por lo tanto, piensa en ello cuando te disfraces, cuando elijas el sitio o incluso cuando pienses en las horas en las que vas a estar por ahí. Lo de los “miembros” en la cabeza puede ser gracioso con 20 años pero cuando vas a cumplir 40 está un poco fuera de lugar.
Intenta ser original, cena y copas es algo que puedes hacer mil veces con tus amigas.
Busca en internet ideas de decoración, temática, juegos, pide ayuda a todas las participantes y si eres participante, colabora en la medida de lo posible con quien lo está organizando, créeme es un trabajo muy complicado.

Yo tengo clarísimo cómo quiero que sea mi despedida y cómo quiero que cambie según la gente que venga. Obviamente mis amigas no escucharán todo lo que yo les diga, porque ahí también está un poco la gracia, en que consigan sorprenderte dentro de las pautas que tú hayas marcado. Pero sí espero que todo el que venga lo haga de muy buen humor, que no se tenga que dejar el sueldo en ese día y que sea un día para conocerse, reír, disfrutar de mis amigos y mi familia y sentirme especial por un día. ¿para qué se hace si no?