Qué curiosa es la forma de ver la vida cuando somos niños y cuando somos adultos.
Recuerdo lo mayores que eran mis padres cuando yo tenía 10 años, recuerdo que alguien con 30 años era un viejo, que los besos en la boca daban mucho asco. Recuerdo cuáles eran mis preocupaciones en ese momento y recuerdo que era feliz, que mi mayor preocupación era que se hacía de noche para dejar de jugar en la calle.
Con la edad todo cambia y nuestra forma de ver las cosas también. No os perdáis este vídeo y las respuestas a la pregunta, si pudiéras cambiar algo de tu cuerpo, ¿qué cambiarías?
¿y tú? ¿qué cambiarías?