Llega el fin de año y es inevitable hacer balance de lo que nos ha dejado el año que está a punto de acabarse.
Realmente no le puedo pedir más al 2013, ha sido un gran año, uno de esos que no se van a olvidar con facilidad.
Ha sido un año de buenas noticias, de trabajos, de reencuentros, de risas, de amigos, de grandes viajes, de experiencias, de buena salud, de bebés, de bodas…
Obviamente hay cosas que podrían ir mejor, pero siempre es así, siempre hay cosas que se pueden mejorar y para eso van pasando los años, para que podamos ir corrigiendo esas cositas que no nos han salido del todo bien.
A este año que entra tengo algunas cosillas que pedirle.
Quiero que los que quiero estén más cerca, que cada vez haya más gente a la que querer y que ese amor sea recíproco. Quiero trabajos que saquen sonrisas y que ese sea mi uniforme a diario. Quiero que se respeten las tradiciones y que se vayan incluyendo nuevas en mi vida. Quiero más salud, para mí y los míos, que las visitas a hospitales solo sean porque han nacido nuevos miembros en la familia. Quiero más bodas importantes, quiero más paellas, más reuniones con amigos, más días de reinonas, más lágrimas de risa, más vermuts, más gente para ir de “mercao”, más arrugas que reflejen carcajadas, más viajes, más experiencias, más aventuras, quiero apuntarme al gimnasio e ir, quiero saltar en patines, hacer paddle surf, salir más con mis “Amigas”, más rutas de senderismo, más canas de sabiduría, más vino.
Quiero seguir sorprendiéndome, quiero conocer nuevos lugares, más horas de teatro y musicales, más conciertos, más noches de verano, más acción. Quiero dormir bajo las estrellas, bañarme en un río, dormir sin preocupaciones, desayunar en el bar. Quiero enamorarme a lo loco y vivir con cabeza y quiero seguir haciendo muchas cosas por primera vez.
Feliz año nuevo