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Las niñas ya no quieren ser princesas

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Imagen de Todoprincesasdisney.com

Y si ya lo decía Sabina en su canción Pongamos que hablo de Madrid allá por los 80, no os quiero contar lo que querrán ser hoy.

La verdad es que en este sentido, le tengo la guerra declarada a Disney. Me cabrea el estereotipo que muestran (o han mostrado) de la mujer y que luego copian las niñas. Todas las princesas son guapas, son débiles, pusilánimes, siempre cambian lo que son por un hombre, son altamente sexuales y sensuales y muestran que sólo se puede conseguir lo que quieres si eres guapa y «luchas» al lado de un hombre.

Es cierto que en sus últimos personajes, han cambiado un poco la visión que se tenía de las princesas, por ejemplo en Brave, Mérida, la protagonista, es guerrera, una experta en tiro con arco, odia los vestidos y lucha por defenderse a sí misma de la decisión de su padre que quiere casarla con el heredero de un clan vecino.

Pero es que en la vida, nos toca enfrentarnos a este rol muchas veces. Correr como una chica se entiende como algo malo, ser una nena es ser débil y ya estoy cansada de que se nos valore a las mujeres de esa forma.

Yo no quiero ser una princesa, quiero ser la dueña y señora de mi cortijo, la reina de mi casa y la embajadora de mis ideas. Quiero que mis hijas, si algún día las tengo, piensen que pueden hacer cualquier cosa y que su vida no es mejor por pintarla de rosa, por ser guapa y delgada o por estar al lado de un hombre. Que las princesas se tienen que quedar en los cuentos y que la vida real es un libro en blanco donde pueden escribir la historia que les dé la real gana. Y no sólo si algún día tengo hijas, educaré a mis hijos para que no se crean superiores por el simple hecho de tener un pene.

Sabemos que no será fácil, la sociedad no está pensada para que las mujeres tengan la vida fácil, pero por algún sitio hay que empezar y si no es por la educación que les proporcionamos a nuestros hijos, ¿por dónde si no?

Esto me vino a la cabeza porque vi el vídeo de una niña que se quejaba por los mensajes que se lanzaban en la ropa de chica y en la ropa de chico en las tiendas. Mientras a ellos se les instaba a ser héroes, a salir de su zona de confort, a ser valientes, las chicas recibían mensajes sin ningún tipo de sustancia. Mucho rosa, mucha purpurina y algún que otro tul, ¿qué otra cosa les puede gustar a las niñas?

Puedes ver el vídeo del que hablo aquí

Las niñas ya no quieren ser princesas, quieren ser mujeres valientes.

«Una mujer original no es aquella que imita a nadie, sino aquella a la que nadie puede imitar».

 

 

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#lowfestival #nosotrasquesomostannormales

Resaca Post Low Festival.

Acaba el festival de música Low Festival del año 2014 y como todos los años se me queda una sensación agridulce.
Dulce porque la verdad es que año tras año sigo viniendo y me divierto mucho y agria porque veo la cantidad de cosas que se podrían hacer mejor y me da rabia.
Conste que soy una lower desde el primer minuto, desde cuando era “Low Cost” en el puerto de Alicante hasta ayer. He ido a todos Low Festival, excepto al segundo por motivos de agenda y sé de lo que hablo.
Cuando empezó, era un festival “Low Cost”, y ha ido perdiendo el concepto “Low cost” para convertirse en algo para lo que tienes que llevar una buena cartera.
Pero como se suele decir, empecemos por el principio.
– El cartel: Tengo que decir, que el cartel ha estado genial. Grandes bandas nacionales e internacionales, grupos desconocidos que se están haciendo un hueco en la industria, viejos conocidos del festival y djs de lo más molones para amenizar los cuatro días desde por la mañana hasta altas horas de la noch…digo, mañana.
– La ubicación: Desde mi punto de vista, el hecho de situarlo en la ciudad deportiva Guillermo Amor, es un acierto, zonas amplias de césped, con salida rápida hacia la autopista y la nacional, con “aparcamiento” en los alrededores.
– La seguridad: Creo que ha sido el año que más seguridad he visto por todo el festival, cachitas vestidos de negro aparecían de la nada a la menor complicación, la entrada, los traslados de una zona a otra, el acercamiento de los artistas al público, etc.
– La información: tengo que decir, que el servicio de comunicación del Low me ha gustado mucho, tanto previo al festival, a través de Facebook, twitter, como en la información de los planos, los carteles, etc. He visto algún paquete que han enviado con información a los vip pool y también me parece un detallazo.
Desafortunadamente, no todo puede ser bueno y lo explico aquí desde el cariño y con la intención de que se corrijan pequeños errores que nos pueden hacer la vida más fácil a todos.
– Hay que favorecer la recogida de pulseras. Es cierto que se podía hacer desde el jueves, que los vips las recibían en casa y que el proceso ha sido rápido, pero el viernes, cuando llegamos, todos solemos hacerlo a la misma hora y se montan unos cirios que ya deberían estar solucionados.
– El control de seguridad. Si ponéis vallas o líneas para ir entrando como se hizo con las pulseras, las colas van más ordenadas y el acceso es más rápido.
– No entiendo el tema de horarios, supongo que lo hacéis para favorecer que la gente consuma en el interior del recinto, pero eso de limitar a las 23.01 la entrada al recinto si se sale antes a partir de las 20.00 horas, es un atraso, porque luego ponéis los conciertos a las 22.30 y claro o como una hamburguesa o un kebab dentro o si quiero comer algo más sano, me tengo que fastidiar y cenar en casa a las siete de la tarde o esperarme a las 23.00 de la noche.
– Lo que habéis hecho este año de cerrar todos los accesos al campo de fútbol (escenario Budweiser) y dejar sólo la puerta de detrás abierta me parece un error garrafal. ¿Cómo pretendéis que entremos todos por una puertecita cuando vamos en masa a ver un concierto? Qué menos que abrir dos o tres puertas para que se pueda entrar con calma y no haciendo montones.
– Lo de la zona vip ha mejorado algo, porque ahora hay conciertos exclusivos en esa zona, pero hasta la fecha si disfrutabas de lo que la zona vip ofrecía, te perdías todos los conciertos, incluso los del escenario Matusalén, que hasta este año, tenían la parte trasera del campo de fútbol abierta.
– Si uno de los reclamos que tienes para vender la zona vip pool es la cerveza gratis, debes ofrecer alternativas a la gente que no puede beber cerveza. Un celíaco no la puede tomar y no podéis ofrecerle ni una mísera botella de agua y no me parece normal.
– Está bien que se pueda pagar con Paypal, pero permitidme que critique esto. ¿por qué sólo los vips? Si lo planteáis como opción para todo el mundo estoy segura de que la gente consumirá más. No llevamos tanto efectivo (porque además rajan los bolsos y se pierden carteras) los datáfonos no funcionaron en algunos casos y son escasos en la mayoría, no hay cajeros en el recinto ni en los alrededores y encima no me permites pagar con paypal. Perdóname, pero si ganas dinero con la bebida, no lo estás haciendo bien, deberías favorecer el consumo en la medida de lo posible, si me quiero gastar dinero, pónmelo fácil.
– Los planos de la aplicación y los impresos eran distintos, había cosas cambiadas.
– Y lo de Massive Attack no tiene nombre, no sé de quién ha sido la responsabilidad, pero ha sido algo con lo que he alucinado infinito, supongo que ya habréis recibido vuestra crítica a través de las redes sociales. No fue ni medio lógico lo que ocurrió e hizo que tuviéramos que renunciar a un gran grupo que solo cantó unas 8 o 10 canciones, estoy hablando de Second.

Todos los años digo que será el último al que vaya y año tras año sigo repitiendo, porque en el fondo me parece uno de los mejores eventos de la zona y un festival con mucho carácter, por eso os digo, id escuchando las voces, id puliendo esos pequeños fallos que sólo se ven desde fuera y permitidnos que sigamos disfrutando año tras año de las cosas buenas.

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Políticos vs mujeres #nosotrasquesomostannormales

Políticos vs mujeres #nosotrasquesomostannormales

Pensaba que ya había cosas en la vida social que empezábamos a superar, que el tema de la diferencia entre hombres y mujeres en ciertos ámbitos estaba más que solucionado, pero cuando veo determinadas cosas en televisión o las vivo en primera persona, se me cae el alma a los pies.
Es obvio que hombres y mujeres somos diferentes, pensamos diferente, actuamos diferente y vivimos de forma diferente, pero es que esto también pasa entre hombres y hombres y entre mujeres y mujeres.
Por lo general, ellos son más fuertes que nosotras y por lo general, nosotras somos más sensibles que ellos. Si seguimos generalizando, nosotras nos centramos más en los sentimientos y ellos se centran más en el sexo, repito, por lo general. Esto es debido a que por el hecho de ser mamíferos, el macho busca reproducirse en cuantas más hembras mejor y la hembra busca que esa reproducción se haga buscando al mejor macho posible para que el ser que nazca sea fuerte y sobreviva en las mejores condiciones.
Cuando pienso en nuestras diferencias, cada vez menos notorias, pero existentes aún, me llama la atención. Me sorprende que desempeñando un mismo puesto, por norma seamos peor pagadas; me alucina que no haya prácticamente mujeres en altos cargos, quizás porque se nos critica por casi todos los puntos, es duro ser mujer y decir que no quieres ser madre, porque no es lo habitual, y más duro aún es serlo y que te critiquen por “desentenderte” de tus hijos porque estás trabajando todo el día.
Pero lo que me llama la atención poderosamente es que a día de hoy, en televisión, se permita que un político insulte a su rival en un debate porque es mujer.
Miguel Arias Cañete, candidato a las elecciones europeas por el Partido Popular, afirmó que “un debate político entre un hombre y una mujer es muy complicado, porque si el hombre demuestra superioridad intelectual o la que sea, da una impresión machista ante una mujer indefensa”.
No hay frase que suelte este señor que no sea para levantarse y pegarle dos sopapos a ver si espabila. Está claro quien queda indefenso con su “superioridad intelectual”. ¿Y lo mejor de todo sabéis lo que es? Que en su partido esto ha pasado desapercibido, igual que sucedió con el tema del aborto.
No me creo que no haya ninguna mujer en su partido que no se haya sentido ofendida por este comentario, no acepto que ninguna militante del PP no haya tenido ganas de darle un sopapo como las que me entraron a mí y, siguiendo en esa línea, no me creo que todas las mujeres del PP estén de acuerdo con que sean otros los que decidan lo que pueden o no hacer con su cuerpo sin pensar en lo que realmente opinan ellas.
Señores y sobre todo señoras del Partido Popular, ¿de verdad creen ustedes que esto funciona así? ¿de verdad piensan que nos vamos a dejar ningunear por dinosaurios como este señor? ¿en serio confían en poder ganar con semejante troglodita?

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Curiosidades del amor #nosotrasquesomostannormales

Curiosidades del amor #nosotrasquesomostannormales

Qué curioso es el amor, ¿verdad? Más que el amor, las relaciones personales con cierta carga sentimental.
Nos enamoramos o nos sentimos atraídos de personas de lo más vario pintas. Y este tipo de atracción cambia con la edad. Cuando somos pequeños tenemos un novio y es muy fácil. Alguien de tu clase te dice que si quieres ser su novio y tú dices que sí o que no. Generalmente es un sí. Y puedes tener varios novios y normalmente los otros no se enfadan, lo aceptan y ya, todos felices.
Vas creciendo y entonces empiezas a fijarte en los guapos de tu clase. Y solo en eso, en que sean guapos. Normalmente los más guapos son los más chuletas, los más populares y los más deportistas y tú puedes sufrir dos cosas, que ese “gusto” sea correspondido o que no lo sea. Si lo es, genial. Si no lo es, pues sufres el enamoramiento enfermizo de la juventud donde cualquier palabra, gesto o insinuación dan para escribir diez hojas de tu diario y te conviertes en una drama queen. Porque no nos engañemos, los amores de juventud son los más sufridos, los más llorados y los más vividos, como si el mundo se acabara con 15 años y nunca más fueras a encontrar a nadie como esa persona.
El tiempo pasa, vas creciendo, y al guaperas le pides algo más, le pides que además de guapo sea simpático, después añades que tenga aspiraciones, que quiera estudiar, que quiera trabajar, que tenga inquietudes… Pero seguimos avanzando y ya no te conformas con eso, quieres que sea buena persona, que sea trabajador, que no tenga vicios graves, que no te avergüence delante de tus amigos, y conforme nos hacemos más mayores, que no tenga hijos, que no esté casado, etc, etc, etc.
Cada vez se complica más y más la cosa y no solo porque cada vez exiges más, sino porque tú también evolucionas y no quieres que ocupen tu espacio, que te den consejos sobre cómo vestir, que te limiten las libertades que tenías hasta la fecha.
Llega un momento en el que más que una relación como tal, se convierte en una adaptación o acuerdo entre dos personas sobre hasta dónde aceptamos mover nuestros límites. Y dejas de darle tanta importancia al físico, aunque sí valoras mucho la atracción sexual. Y quieres que esa persona sea tu compañero y permites que alguien que físicamente, en principio, no te gustaría, empiece a tener su lado bello, bien porque se va embelleciendo con el paso del tiempo, bien porque el resto de virtudes de esa persona suplen con creces lo que un físico te puede ofrecer.
Me gustan los hombres que me retan intelectualmente, siempre que eso no me haga sentir inferior ante ellos; me gustan los hombres que me invitan a cenar, que me roban un beso, que tienen claro lo que quieren y cómo encajas tú en su vida, que no están quietos, que se emocionan con los niños, aunque en principio les de alergia pensar en los suyos, que se preguntan cosas, que me hacen interesarme por cosas que nunca antes había conocido, que saben decir un piropo a tiempo, que sacan su masculinidad cuando toca, que no tienen pereza para hacer o decir, que siempre ponen una nota de humor en lo que hacen y que de repente te sorprenden porque sí.

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Carpe Diem #nosotrasquesomostannormales

Carpe Diem #nosotrasquesomostannormales

Carpe Diem – Tempus fugit

Qué listos eran estos romanos, ¿eh? Tenían frases para casi todo y la verdad es que mucha razón.
Nos hemos metido en una forma de vida en la que el tiempo vale casi más que el dinero, todo nos roba tiempo y nunca lo tenemos para nada.
Nos levantamos ya estresados por no poner el despertador cinco o diez minutos antes, tomamos el café en el coche porque ¡no nos da tiempo!, conducimos con estrés y pitamos e insultamos al de delante porque ha tardado dos segundos en moverse una vez que se ha puesto el semáforo en verde, llegamos al trabajo y nos metemos en reuniones, conferencias, charlas, citas, visitas, etc. que nos obligan a estar pendientes del reloj todo el día. Comemos en cinco minutos y nos enfadamos cuando el del restaurante se demora un poco en traer la cuenta, salimos del trabajo corriendo para ir al gimnasio a correr y desestresarnos, y quitar ese nerviosismo que llevamos acumulado de todo el día y llegamos a casa y hay que cenar y como ya es muy tarde, cenas cualquier cosa y te pones un rato a ver la tele (este es mi caso) pero no me quiero imaginar si a toda esa vida incluyes un marido o unos hijos con sus actividades extraescolares, la cena, el baño, acostarles… cuando te vas a la cama son las doce de la noche, porque aunque llevas diciendo tres meses que te vas a ir a la cama a las diez, sigues sin poder hacerlo porque ¡no te da tiempo! Y te acuestas, y mentalmente sigues repasando tu día y todas las cosas que no te ha dado tiempo a terminar y te despiertas en mitad de la noche para enviarte un e-mail para no olvidarte de hacer algo súper importante para el día siguiente.

Y de repente te paras, respiras profundo, y analizas qué estás haciendo, cómo se te va la vida entre reuniones, prisas, atascos, cafés rápidos y decides que no quieres vivir así, que tienes que empezar a vivir más despacio y a disfrutar de cada uno de los momentos del día. Que no pasa nada si te levantas diez minutos antes y sales de casa dando un paseo, que hay tiempo para todo y que si el día tiene 24 horas, sólo es cuestión de organizarse.
Hay veces que es tu cuerpo el que te dice que pares, empieza a lanzarte señales mediante granos, ronchas, uñas que se caen, pelo que se estropea, pequeños tics en el ojo.., hasta que un día se harta de que no le hagas caso y te obliga a que de una vez por todas descanses, en casa o en el hospital y te tomes las cosas de otra manera.
Otras veces eres tú mismo, porque has tenido algún caso complicado, has vivido una experiencia difícil o has perdido algún ser querido recientemente, el que voluntariamente empieza a priorizar.
Y cuando eso sucede, ves la relatividad de las cosas, le das importancia a lo que realmente la tiene y empiezas a plantearte si no se te está yendo la vida demasiado rápido. Si no te estás perdiendo algo entre tanto agobio. Empiezas a disfrutar de un amanecer, de una cerveza mirando al mar, de un café en buena compañía. Bailas como si nadie te estuviera viendo cuando suena tu canción favorita, dices más veces a la gente que la quieres. Y aprendes a vivir más despacio, disfrutando cada minuto, sonriendo con cada cosa bonita que te ocurre, dedicándole tiempo a las cosas que de verdad importan.

Hay que dedicarse a disfrutar del momento, al carpe diem, pero aprovechando el tiempo con calidad. Descubriendo sensaciones, conociendo personas fascinantes y dejándote llevar por cada cosa nueva, cada curiosidad, para que si hoy fuera el último día de tu vida, puedas decir que realmente disfrutaste cada segundo que viviste.

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Mi derecho a pataleta #banca #nosotrasquesomostannormales

Mi derecho a pataleta #banca #nosotrasquesomostannormales

Hoy voy a aprovechar esta plataforma para quejarme.
Voy a quejarme de los “maltratadores” que nos encontramos los que trabajamos en banca diariamente. Y permitidme que use esa palabra porque mi intención no es molestar a nadie, pero ya empiezo a estar un poquito “hasta la peineta” de tanto tonto.
Lo que voy a poner aquí es mi opinión, puedes o no estar de acuerdo y acepto cualquier crítica siempre que se haga con sensatez, pero he de decir que en todas las empresas es igual.
El problema empieza cuando no nos queda otra opción que pasar por el banco para hacer nuestras gestiones. Tú puedes decidir no tener un teléfono si no estás de acuerdo con cómo funcionan las compañías de teléfono, pero no puedes evitar trabajar con el banco. Lo que sí puedes elegir es con qué banco trabajas. Eres libre. Somos libres. La puerta está más que abierta para que te vayas a otro si no te gusta lo que te ofrecen. Lo hacemos con las tiendas, con los bares, con las peluquerías. El cliente es libre y tiene que comerciar donde más le apetezca.
Obviamente, cualquier servicio en cualquier negocio, tiene un precio. Un café no te suele costar lo mismo si te lo tomas en la barra del bar o si te lo tienen que llevar a la terraza, por eso no te cuesta lo mismo hacer una transferencia en el banco o hacerla por internet.
El banco es una empresa privada y por lo tanto, como sucede con todas las empresas privadas, su único objetivo es GANAR DINERO. Pero como tantos otros negocios con los que nos relacionamos a diario, no seamos tan incrédulos ni nos alarmemos por lo obvio. Y para ganar dinero hay que dar préstamos, hay que comprar y vender dinero, hay que cobrar comisiones. El dinero que gana el banco es lo que le permite, entre otras cosas, pagar mi sueldo.
Yo defiendo a la entidad para la que trabajo, siempre. Obviamente hay cosas con las que no estoy de acuerdo o en total acuerdo pero no está en mi mano decidir si tienen o no razón. Lo acepto y lo transmito a los clientes y generalmente me pongo de parte de los clientes si considero que algo no es correcto.
Es cierto que no son buenos tiempos para la banca, la gente está muy alterada con todo lo que ha sucedido y es normal, sobre todo viendo cómo se han comportado algunos directivos de entidades, principalmente de cajas de ahorro. Pero si analizáis quiénes eran esos directivos, una gran mayoría de ellos eran políticos o amigos de los políticos de turno que han usado ese puesto para enriquecerse a costa de clientes.
Una mala gestión, una ambición desmesurada y un “todo vale” para captar clientes nos han llevado a situaciones extremas. Lo siento por los clientes de las entidades afectadas, pero sinceramente, me hubiera alegrado si hubieran dejado caer a alguna de ellas. Que alguien me explique por qué tengo que pagar yo la incompetencia de algunos, por qué tengo que dar mi dinero a entidades o clientes que han especulado con tipos de interés. Cuando les estaban pagando el plazo fijo al 5% cuando el resto se pagaba al 2% ninguno de esos se quejó ni me han dado parte de ese dinero. Entiendo que no es justo, pero tampoco es justo que yo tenga que rescatar una entidad en la que nunca he confiado.
Asumo que hay muchos afectados por las participaciones preferentes, pero no podemos estar pagando todos, toda la vida lo que se ha hecho en algunas entidades. Si vienes a abrir una cuenta, no te voy a engañar vendiéndote otra cosa, ¿qué ganaría yo con eso? y si eso es lo que piensas, pues mira, vete a otro sitio donde no te engañen o, LÉETE EL CONTRATO antes de firmarlo; y si no lo entiendes, ENSEÑASELO A ALGUIEN QUE LO ENTIENDA. Prefiero que tardes tres semanas en abrir una cuenta, que estar justificándome toda la vida por lo que no has entendido o por lo que te haya pasado en otro sitio. Es como si te pides una ensaladilla en un bar y porque te has intoxicado una vez, le pidas la composición a cada uno de los bares a los que vas. Lo entiendo, pero estoy hasta la peineta de aceptarlo.

Y estoy más aún hasta la peineta de que todo se justifique con un “sois unos ladrones”. Perdóname, pero si tienes quejas con el banco, vete a otro y si no te gusta trabajar con las entidades, no lo hagas pero no me des la lata.
No pasa nada porque se estropee la libreta, el mundo sigue girando.
No hay que gritar porque no llegues a pagar el recibo en el horario, domicílialo y te ahorras el rato de cola y el mal rato.
Las tarjetas son plásticos y las libretas cartón. Si se estropean, entra dentro de la normalidad.
De los cajeros también sale dinero, y funcionan con tarjetas. Es normal tenerlas, es normal usarlas y funcionan genial.
Ahora la tecnología ha avanzado tanto que puedes hacer operaciones por internet. Sí, en serio, no es broma, y por lo general, suelen ser más baratas y más rápidas.
Los regalos no son gratis. Nunca son gratis. Más tarde o más temprano los acabas pagando. Créeme.
El oficio del banco es comprar y vender dinero y por ese dinero se paga. Si quieres dinero para comprarte un coche, tienes que pagarlo. El dinero y el coche. Nada es gratis. ¿O te crees que el coche vale realmente lo que te piden por él? ¿Y a esos les llamas ladrones? Piénsalo.
Y por último, yo soy una empleada, el banco no es mío. Si fuera mío, te diría todo lo que pienso con todas las letras, en castellano perfecto para que entiendas todos y cada uno de mis pensamientos, pero no lo es, y si te digo lo que realmente pienso de ti cuando vienes a la oficina dando la lata, preguntando estupideces y llamándome a las siete de la tarde como si tuviera la obligación de atenderte a cualquier hora, me despedirían y con mucha razón. Porque no sería bonito, nada, ni un poco.
En todos los trabajos tenemos que tragar, pero ya empiezo a estar un poquito “hasta la peineta” de que siempre nos toque pagar a los mismos. La próxima vez que vayas a una entidad, recuerda, el empleado es tu amigo, sonríele, por las buenas siempre somos más eficientes o al menos, menos cabrones.

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¡Por fin es #primavera! #nosotrasquesomostannormales

¡Por fin es #primavera! #nosotrasquesomotannormales

¡Por fin es primavera!
El pasado jueves a las a las 17:57 hora oficial peninsular empezaba esta estación tan esperada por todos. Los días se alargan, tenemos más horas de sol, las temperaturas suben y nuestro cuerpo cambia.

Pero ¿es cierto eso que dicen, es verdad que la primavera la sangre altera?

Como decía, es una época de cambios, tenemos que adaptarnos a un nuevo clima, a más horas de luz, a trastornos en nuestros niveles de prácticamente todo, muchas veces derivados por las alergias; nuestros biorritmos se alteran y en consecuencia, los estados de ánimo. Para algunos, esto se transforma en optimismo, para otros puede convertirse en apatía.

Hay quien esta apatía lo llama “Astenia Primaveral”. La astenia primaveral es un trastorno suave de adaptación al cambio de estación que suele durar sólo unos días. Un estado que se caracteriza por sentirse decaído y fatigado.

Para aliviar los efectos de este bajón puntual, los expertos recomiendan una dieta sana en frutas y verduras, beber mucha agua, practicar algo de deporte, dormir bien, apoyándose inicialmente en un plan organizado de sueño, acostándose siempre a la misma hora y así regular el reloj interno, y si lo crees necesario, tomar algún complejo vitamínico que ayude en el momento inicial a potenciar la actividad.

Pero la primavera es más que todo eso, es la estación del amor, de las flores, de las relaciones. Según diversos estudios encontrados por la red, el 28% de los entrevistados piensan que es la mejor estación para el amor. En esta estación aumenta la testosterona y crece el apetito sexual de todos los seres. Vestirse con menos ropa, ayuda también a que esto se incremente.

Además, la marca Control dijo que un 22.4% de las personas asegura practicar más sexo en esta época. Y, de hecho, aumenta un 15% la venta de condones en primavera.

El 21% de los europeos creen que es el mejor momento para vivir juntos y eso lo constatan las empresas de mudanzas y de búsquedas de alquileres.

El motivo: en primavera, la radiación solar cambia la producción hormonal y se produce un aumento en la melatonina y en la testosterona, hormonas que incrementan el deseo sexual en los seres vivos.

Así que podemos decir que un poco sí nos afectan a todos estos cambios que experimentamos cada año y que estamos felices de asumir uno tras otro.

Si es una época para salir más, hacer más deporte, disfrutar más de la calle y de nuestra vida con los demás, vamos a desempolvar esas sonrisas y vayámonos a disfrutar de ella a la calle.

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La teoría del Yin y el Yang #nosotrasquesomostannormales

La teoría del Yin y el Yang #nosotrasquesomostannormales

A veces me paro cinco minutos a pensar. Solo a eso, a pensar. Y pienso en las injusticias, en mi día a día, en mi futuro, pero también en los que me rodean, en mi familia, en mis amigos, en las cosas que nos pasan.
Pienso en la gente que lo ve siempre todo negro, en lo difícil que les resulta poner un poco de luz a un día gris y me da pena. Me da mucha pena ver que gente que lo tiene todo, o casi todo, sea tan desgraciada, pero no porque su vida sea realmente una desgracia, si no porque ellos son los que la ven así.
Siguiendo el ejemplo del Yin y en Yang, en todo lo negativo hay siempre algo positivo, en todo lo malo hay algo bueno, solo hay que saber verlo.
En ocasiones, las desgracias de unos, son las alegrías de otros. Y esto puede sonar tremendo y el ejemplo que os voy a poner, puede que también, pero después lo entenderéis.
Cuando sucedió el accidente de Santiago, hace uno meses, nos pilló a todos por sorpresa y se nos encogió el corazón, tantos muertos, tantos heridos, en una fecha tan señalada y en esa ciudad. Cientos de familias destrozadas por una sucesión de acontecimientos, no sé por culpa de quién.
Esta fue una gran desgracia, pero ahora vamos a ponernos en la piel de esas personas que estaban en el hospital esperando un órgano. De repente hay cientos de personas que han fallecido y en alguna de ellas puede estar tu posibilidad de sobrevivir.
Entiendo el punto de vista de los que perdieron a alguien, pero me pongo en la piel de los que llevaban meses o años esperando un órgano y que quizás ya tenían poquitas esperanzas de sobrevivir y eso fue un soplo de aire fresco y una segunda oportunidad.

No pienses que todo es malo, quizás es que no lo estás enfocando desde el punto de vista correcto. Si cambias la perspectiva, puede que el nuevo punto de vista sea más interesante, puede que te hayan despedido de ese trabajo en el que te explotaban porque eso hará que montes tu propio negocio; puede que esa pareja solo fuera el paso para conocer a quien será la persona de tu vida; quizás no has cogido ese tren porque lo que te espera en la estación es mucho mejor.
Cuando pienses que todo está mal, cambia la perspectiva, o coge distancia, a veces las cosas se ven mucho mejor con un poco de espacio.

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All you need is love? #nosotrasquesomostannormales

All you need is love? #nosotrasquesomostannormales

Se acerca San Valentín y tengo que decir que esta fecha me produce urticaria. Así, en general, de siempre.
Las malas mentes pensarán que es porque no estoy enamorada, y puede ser, pero es que cuando lo estaba, también rechazaba esta fecha. Y creo que sólo la he celebrado (en plan romántico) una vez en mi vida y fue una cena para olvidar, cuatro parejas y una suegra, no digo más.
Yo no soy una chica, chica, es decir, odio el rosa, no soy muy cariñosa, me superan un poco las muestras de afecto públicas y no me creo las parejas que no discuten nunca y que siempre se llaman “cari”, “churri” o similares.
Cada vez que oigo repetido un “cariño” me sale una frase que han dicho mis padres hasta la saciedad: “cariño te digo, joder(te) quiero” tú puedes ponerle la coma y el “te” donde quieras, a mí me sale así.
No me creo las historias románticas que nos presentan en las pelis “para chicas” (de las que soy consumidora y con las que sufro y lloro al menos una vez al mes) y no me creo las historias de Disney, las que, por cierto, han hecho mucho, mucho daño.

Peeeeero, me gusta el hecho de que la gente se quiera y de que, aunque sea un día en el año, algunas personas hagan un esfuerzo por agradar a su ser querido y piensen en algún detallito, salgan a cenar y se pongan un poco romanticones para seguir celebrando que se quieren, o que algún día lo hicieron.
El año pasado celebré San Valentín, con mi pareja preferida. Fue una celebración peculiar, pero nos valió como excusa para salir a tomar algo y disfrutar un ratito entre amigos. Al llegar a casa, el hombre de mi vida me había hecho un regalazo, un pedazo de iphone 5 que quita el sentío. Pero es que Él es mi amore y mi amor por Él durará para siempre.
Y puestos a celebrarlo, vamos a hacerlo como se merece, con cualquier excusa, pero si es posible, huid del rosa, de los corazones y de todas esas cosas típicas que tan saturados nos tienen. Si quieres detalles de cómo hacerlo un poquito mejor, te dejo el enlace de una página sorprendente.

http://sorprenderesfacil.es/category/regalando

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Hola, ¿quieres ser mi amigo? #nosotrasquesomostannormales

Hola, ¿quieres ser mi amigo? #nosotrasquesomostannormales

Este fin de semana he estado pensando mucho en el significado de amigo y en cómo ha ido cambiando eso con el paso del tiempo.
Cuando eres un niño basta con jugar cinco minutos en el parque para que ese niño o niña se convierta en tu mejor amigo. No hay nada como acercarse a otro niño y decirle “hola, ¿quieres ser mi amigo? Y ya está, ya no hace falta nada más, es así de fácil.
Luego pasas al colegio y empiezas a forjar amistades “de toda la vida”, empiezas a tener a tus “mejores amigos” que, con suerte, durarán muchos años. Pasas a la universidad y entablas relaciones con gente que tiene intereses comunes a los tuyos y entonces las amistades se vuelven más selectas, más afines, más “como tú”.
Pero luego llegas al mundo laboral y la cosa empieza a cambiar, te plantas en un trabajo más o menos normal en el que acabas relacionándote con unas 10 personas habituales, quizás alguna más y te das cuenta de que tu círculo cada vez es más pequeño.
Si además has tenido la, llamémoslo desgracia, de irte fuera de tu ciudad a trabajar, o has roto con tu pareja después de muchos años estando juntos, la cosa se complica un poquito más.
A los adultos nos cuesta, en general, hacer amistades nuevas. Somos más puntillosos, somos más exquisitos, tenemos más prejuicios o simplemente, no somos capaces de romper nuestra zona de confort para decirle a alguien: hola, ¿quieres ser mi amigo?
Cada vez hay más gente sola, más gente dispuesta a hacer cosas pero con pocas posibilidades de hacerlo porque no encuentra la gente adecuada. Si te acabas de mudar a una ciudad, suele ser bastante complicado empezar una vida de cero cuando no conoces a nadie. Obviamente hay trucos y formas para superar esto, pero en general, depende de tu carácter y de lo que estés dispuesto a ceder.
Todo el mundo te dice: apúntate al gimnasio, haz algo que te guste… bla, bla, bla. Sí, la teoría es muy sencilla, pero esa gente seguro que no está en la misma situación que tú. Desde mi experiencia, la gente a los gimnasios no va a hacer amigos, como mucho a ligar, pero a hacer amigos no. Categóricamente, no.
Como he dicho antes, lo principal es la predisposición para conocer gente nueva, que a veces es muy necesaria. Cuando ya la tengas, el plan puede ser el siguiente:
1- Haz cosas que te guste hacer: así podrás conocer gente que se divierta con lo mismo que tú, ya sea cantar, correr, escalar, cocinar… las posibilidades son infinitas. Trata de encontrar gente compatible con tu forma de ser, obviamente no es algo que se encuentre en una tarde, pero funciona. Puedes buscar en asociaciones, foros, reuniones, convenciones, internet…

2- Desempolva tu simpatía: Cuando te acerques a alguien, sonríe. Háblale de algún tema referente a la afición que compartes con esa persona. Si tienes cosas en común, es más fácil conectar y escucha lo que esa persona tiene que decirte desde un punto de vista agradable y cercano.

3- Ten Paciencia: en un día no se hacen amigos. Puede costarte varias conversaciones, una película, unos cuantos cafés… poco a poco verás si tu relación con esa persona tiene futuro. Si es así, genial, si no lo es, a seguir buscando!

4- Habla con la gente: cuéntale que te acabas de mudar y no conoces nada, levanta el teléfono para llamar a quien te ha tendido la mano, no seas perezoso y apúntate a los planes que te surjan y trata a la gente como te gustaría que te trataran.

Yo he optado por pensar que no es necesario compartir todo con todo el mundo. Puedes tener muchos amigos para hacer cosas completamente distintas. Puedes tener amigos para ir de compras, para ver el fútbol, para ir a nadar, para tomar unas cañas…, cada uno de ellos puede ser bueno para una cosa en concreto y todos válidos al mismo tiempo.
Con la edad las cosas cambian, pero podemos simplificarlo todo y volver a la niñez y al “hola, ¿quieres ser mi amigo?”